Medidas: 40 X 30 CM
Técnica y soporte: Acrílico sobre lienzo
CARICIAS MARINAS
Hemos creado
siluetas de amantes
besos de nácar, caricias de sal
Hemos creado
el recuerdo para olvidarnos
y la nostalgia para llorar
Hemos creado
el imposible, para engañar al y la razón para pensar la tristezainvierno
Autora: Juana Hernández Conesa
del libro EL ECO DE LAS OLAS
Medidas: 35 X 27 CM
Técnica y soporte: Acrílico sobre lienzo
LAS TEMPESTADES DEL AMOR
El mar redentor,
hermosea los amores vencidos
y su antiguo murmullo
los protege contra la sed de los náufragos
El mar abriga a los amores rotos,
su reclamo de vientos
los enhebra en sigilos de años
y en miríadas de voces.
El mar que mata los recuerdos
enardece la herida de lo bello,
reclama ausencias y reencuentros
para que nos atormente la hermosura.
El mar, caprichoso, implora los regresos:
de las almas que se aman sin aliento,
de los deseos que se besan en el tiempo,
de las manos en el candor del abrazo.
Y cuando ya el cielo no basta:
es inmortal el amor.
Y todo el mar
beben los amantes en un sorbo.
Autora: Juana Hernández Conesa
del libro EL ECO DE LAS OLAS
INVITO A TODOS LOS ARTISTAS A QUE VISITEIS EL BLOG DE LA ASOCIACIÓN
¡Enhorabuena, Rufi!
ResponderEliminarHe tenido la suerte de ver las dos obras en directo y son preciosas.
Felicidades
Estupendos acrilicos Rufi.Enhorabuena.
ResponderEliminarQue pena no haber podido estar con vosotros. Muy bellas tus obras. Espero poder verte pronto y que me cuentes todo. Un abrazo
ResponderEliminarPreciosas obras Rufi y las letras que los acompañan bellísimas. Enhorabuena a las dos.
ResponderEliminarUn besote
Felicidades. Merecidísima selección de dos hermosas obras que engrandecen los poemas de Juana y viceversa. Un saludo.
ResponderEliminarDos preciosas obras. Un placer para la vista y los sentidos.
ResponderEliminarSaludos
Enhorabuena artista! Oye, que yo también fui a San Miguel, hasta los 8 años, que era lo que nos permitían a los niños. Cuando hacíamos la Primera Comunión, nos largaban del cole (por si las moscas o tentaciones) Estuve con sor Vicenta; yo era el encargado de cambiar el agua y poner la comida al periquito que teníamos en clase, que, mejor que nadie, se sabía las tablas de multiplicar. Tenía sobre su mesa de madera, una cesta de mimbre llena de bolitas de colores de esas con sabor a anís; creo que por una peseta nos daba diez bolitas. También estuve, aunque poco tiempo, con sor Ana María, y para la comunión me preparó sor Adela. No veas lo majo que iba yo con mis pantalones cortos de tirantes, mis zapatos gorila, mi flequillo a lo marcelino y mis gafas de culo de vaso. Qué tiempos!
ResponderEliminarBesos