
de los cielos que la atrapan
como si viviera en los adioses,
vuela a los rincones, el alba,
a los infinitos números
de los vientos monosílabos,
vuela el alba.
Ingrávidas horas de lo acabado
entre los gozos de las formas,
vive el alba,
salvada de las nadas;
como una doncella, vive el alba,
en las geometrías de los templos
donde residen nuestras almas, vive el alba.
Este precioso poema, "Las horas del gozo", de mi amiga y escritora Juana Hernández Conesa ha sido ilustrado con una de mis pinturas. ¡Gracias Juana!
Ver obra de Juana Hernández Conesa
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